La reciente decisión del Gobierno de extinguir el Plan Copesco Nacional y trasladar sus funciones a la Autoridad Nacional de Infraestructura (Anin) plantea una preocupación legítima para el sector turismo: ¿quién priorizará ahora las obras turísticas?

La vicepresidenta de la Asociación Peruana de Operadores de Turismo Receptivo e Interno (Apotur) Claudia Medina, a la vez miembro del Comité del Fondo del Plan Copesco, saludó la intención de optimizar la inversión pública. “No obstante, la infraestructura turística no puede quedar diluida entre megaproyectos de otros sectores. Requiere un enfoque técnico especializado, continuidad y visión descentralizada”, argumentó.
Recordó que entre 2012 y 2023, Copesco ejecutó más de S/ 1,000 millones, con una eficiencia promedio del 85%, gestionó más de 290 proyectos —desde estudios de preinversión hasta obras completas— y destinó más del 65% del presupuesto a regiones fuera de Lima. “Cada sol invertido en infraestructura turística retorna aproximadamente S/ 5, según estudios de Mincetur”, puntualizó.
La alta representante del gremio turístico formula las siguientes preguntas clave:
* ¿Tendrá la Anin una unidad técnica especializada en turismo?
* ¿Qué pasará con el Fondo de Promoción Turística destinado a infraestructura?
* ¿Quién brindará asistencia a gobiernos regionales y locales?
* ¿Participarán los gremios privados y los sectores del Gobierno en las decisiones de inversión vinculadas al turismo?
Advirtió que eliminar Copesco sin garantizar presupuesto, liderazgo técnico y gobernanza participativa es un riesgo innecesario. “Centralizar sí, pero sin invisibilizar un sector que llegó a representar el 3.9% del PBI nacional en 2019 y que hoy aporta entre 2.9% y requiere más apoyo y enfoque”, manifestó.
Claudia Medina señaló que el turismo se sostiene sobre dos grandes palancas: la promoción turística sostenida y la inversión estratégica en infraestructura. Agregó que desarticular una afecta el equilibrio del sistema.
La vicepresidenta de Apotur expresó su preocupación ante una posibilidad que, buscando mantener infraestructura, se proponga más adelante recortar la promoción. “Eso sería un error estratégico. La promoción turística es incluso más importante: sin demanda, no hay infraestructura que se sostenga. Ambas deben caminar juntas”, sostuvo.
Añadió que, sin infraestructura turística adecuada, no hay turismo; pero sin promoción, no hay turistas, y sin turistas, el Perú pierde una de sus principales palancas de desarrollo: el turismo”, sentenció.