Nueva Estación Experimental del INIA se ubica en Vilcabamba

A 4,330 metros de altura el clima adverso hace que los cultivos no alcancen un óptimo desarrollo. Es por ello que el Gobierno llegó hasta esta localidad para apoyar a la agricultura familiar con una nueva Estación Experimental del INIA, que proyecta beneficiar a 25 mil productores, con modernos laboratorios de mejora genética, suelo, agua y semillas; que les asegure una mejor rentabilidad e incluso incursionar en la agroexportación.

La nueva Estación Experimental del INIA se ubica en Vilcabamba, provincia de Daniel Alcides Carrión. Este local no solo será un centro de investigación y desarrollo tecnológico, sino un espacio de capacitación y transferencia de conocimientos para los agricultores.

La que se levanta sobre un área de 140.9 hectáreas en total, de las cuales 14.8 fueron donadas por la Municipalidad Distrital de Vilcabamba, tiene como objetivo desarrollar servicios de conservación y valoración de recursos genéticos, investigación y desarrollo tecnológico, capacitación, transferencia de tecnología, producción de material genético de calidad, entre otros de importancia para la región.

Además de su local principal, la estación también contará con centros experimentales en Progohuay (10.7 hectáreas), Viscos (4,9 hectáreas) y La Esperanza (126.5 hectáreas) localizados en Puerto Bermúdez-Oxapampa, en donde se priorizarán las investigaciones agrícolas y ganaderas en beneficio de más de 25 mil productores agropecuarios de esta región.

Vicky Ríos, productora agrícola de Vilcabamba, recuerda con nostalgia como sus padres la encaminaron en el trabajo de labrar la tierra. “Con INIA pude aprender sobre la variedad y tipos de tierra y me siento en la capacidad de enseñar a otros lo aprendido”, dice. “Muchos se fueron porque no había futuro en el agro, yo he sido de las pocas que se quedaron cultivo y cosecho papa, habas, maíz, ollucos, oca”, cuenta emocionada.

“Antes sembraba empíricamente ahora con las charlas, el análisis y de manera tecnificada estoy seguro de que para el próximo año tendré una mejor cosecha”, dice Alberto Flores del Valle un sexagenario agricultor de Vilcabamba mientras muestra sus rocotos cosechados.

“Desde muy pequeño he tenido que ver cómo salir adelante, me dedico también a la crianza de abejas desde hace 32 años, incluso he sido ganador de torneos”, sonriente continúa recordando que sus estudios técnicos los culminó gracias a los recursos que obtuvo de la crianza de abeja.

Flores está agradecido a Dios quien ha hecho posible todo lo bueno que le ha ocurrido. No ha sido fácil salir adelante en Vilcabamba. “Quiero agradecer al Midagri por que ya empezamos la poda y vamos a agregar los nutrientes que requieren las plantas”, añadió.